El IBS homenajea al Dr. Eduardo Rapoport

Sus trabajos pioneros sobre ecología geográfica sentaron las bases de la actual Macroecología.


Con pesar, el IBS rinde homenaje a quien fue uno de los grandes ecólogos latinoamericanos, el Dr. Eduardo H. Rapoport, fallecido recientemente. El Dr. Rapoport honró a la Argentina y a Latinoamérica con sus ideas científicas novedosas en el campo de la ecología. Fue un gran docente, formador de generaciones de científicos en Argentina y otros países de Latinoamérica. También se dedicó al arte, con la misma pasión con que lo hizo con la ciencia. El personal del IBS hace llegar sus condolencias a sus familiares y amigos íntimos. A modo de reseña de su vida, copiamos abajo el comunicado emitido por la Asociación Argentina de Ecología (AsAE).

Estimados socios de AsAE,

Queremos compartir con ustedes nuestro pesar por el fallecimiento del Dr. Eduardo H. Rapoport, el pasado lunes 15 de mayo a la edad de 89 años. “Eddy” Rapoport fue Investigador Superior del CONICET, Profesor Emérito de la Universidad Nacional del Comahue, miembro honorario de la Ecological Society of America, Socio Honorario y Presidente de la Asociación Argentina de Ecología (1995–1997). En el año 1989 fundó el Laboratorio Ecotono en San Carlos de Bariloche, lugar que se constituyó en semillero de varias generaciones de ecólogos en Argentina.

Eddy Rapoport fue graduado de la Universidad Nacional de La Plata donde completó sus estudios de Licenciatura y Doctorado en Ciencias Naturales en 1956. Su carrera académica se vio signada por los avatares políticos en Latinoamérica que lo llevaron a recorrer diferentes caminos desde el Instituto de Edafología e Hidrología de la Universidad Nacional del Sur (Bahía Blanca, Argentina), pasando, en la década del 60, por Caracas (Venezuela) y, nuevamente en Argentina, en la Fundación Bariloche, en los años 70 donde se desempeñó como investigador hasta que la junta militar lo expulsó junto a otros investigadores. Se exilió en México hasta el año 1984 cuando retornó a la Argentina para radicarse definitivamente en Bariloche.

Sus líneas de investigación reflejan su versatilidad y amplitud de intereses, expresados en numerosas contribuciones de diversos campos de la biología y ecología, incluyendo ecología del suelo, ecología urbana y conservación, ecología de las invasiones, etnobiología y recursos alimentarios alternativos, ecología geográfica y biogeografía. En los años 70, publicó su obra Areografía que se constituyó como un hito en el campo de la ecología geográfica, sentando las bases conceptuales para el desarrollo, hacia fines de los años 80, de la disciplina conocida hoy como “macroecología”.

Eddy Rapoport dirigió un total de 70 becarios, investigadores, tesis de licenciatura y doctorales en varias universidades de Argentina, Chile, México y Venezuela. Obtuvo numerosas distinciones a nivel nacional e internacional entre las que se destacan: Honorary Member, Ecological Society of America (1986); Annual Award in Biological Sciences, Third World Academy of Sciences, Trieste, Italia (1990), ciudadano Ilustre por el Concejo Municipal de la Ciudad de Bariloche (1991). A comienzos de 2017, recibió la mención de honor del Senado de la Nación, Domingo Faustino Sarmiento, por su obra destinada a mejorar la calidad de vida de sus semejantes, las instituciones y las comunidades.

Catorce especies de himenópteros, paurópodos, colémbolos, copépodos, ácaros, coleópteros y proturos han sido nominadas en su honor como “rapoporti”.

Eddy Rapoport fue, según su propia definición, el primer escultor-ecológo-biogeógrafo del hemisferio sur. Su carrera artística comenzó en 1967 en Caracas donde trabajó en la “Serie Negra” de esculturas en madera, y a partir de allí continuó desarrollando su arte durante toda su vida. Sus obras siempre estuvieron inspiradas en temáticas relacionadas con el medio ambiente porque solía decir que el más grande artista y creador de toda la historia es la Naturaleza. Realizó varias exposiciones en Bariloche, México y Buenos Aires.

Hasta el último día que su salud lo acompañó, continuó investigando y estudiando, preparando manuscritos y publicando libros, dando charlas de divulgación sobre plantas comestibles, sus “buenezas”, para maestros de escuelas y comunidades locales, delineando proyectos de investigación y desarrollando su arte como escultor. Su eterno entusiasmo  y agudo sentido del humor quedará para siempre en el corazón de todos aquellos que tuvieron la fortuna de conocerlo. Vaya nuestro sincero homenaje a la memoria de uno de los más grandes ecólogos de nuestro país y de Latinoamérica.

Comisión Directiva

AsAE