Los monos argentinos en la mira

En Argentina y el mundo la agricultura y ganadería a gran escala y la construcción de represas amenazan la supervivencia de los primates.


Izquierda hembra adulta y derecha macho juvenil de Alouatta caraya (carayá negro o mono aullador negro y dorado). Foto: Luciana Oklander.

Por Luciana Oklander, Investigadora del IBS

En el país hay cinco especies de primates no-humanos, llamados comúnmente monos, que habitan diferentes tipos de bosques en la región del norte: Alouatta caraya (conocido como carayá o aullador negro y dorado), Alouatta guariba clamitans (carayá rojo o aullador marrón), Aotus azarai (mirikiná), Sapajus nigritus (caí o capuchino negro) y Sapajus cay (capuchino de Azara).

Al igual que en muchos países donde habitan monos, la deforestación resultante de la agricultura y ganadería a gran escala junto con las inundaciones de bosques ribereños para la construcción de represas son los factores que están poniendo en mayor riesgo la subsistencia de estas especies. Además, existen otras amenazas graves como el tráfico de fauna para comercio de mascotas y la cacería.

Asimismo, por ejemplo, los monos aulladores sufren una alta mortandad durante los brotes del virus de la fiebre amarilla, por lo cual son considerados centinelas del virus, lo que las convierte en especies importantes desde el punto de vista epidemiológico. Todos los primates que habitan el país tienen poblaciones protegidas dentro de reservas nacionales o provinciales; sin embargo, el área cubierta por estas reservas representa sólo el 1 por ciento de la superficie de la distribución geográfica estimada para estas especies en Argentina.

Lamentablemente no existen datos actuales de todas las poblaciones de primates de nuestro país, ya que aunque los estudios son numerosos, se concentran en algunos lugares, principalmente en las provincias de Corrientes y Chaco (Estación Biológica Corrientes), Formosa y Misiones (Parque Nacional Iguazú). Estas áreas están asociadas con el establecimiento de sitios de estudio a largo plazo por grupos de investigación que siguen las directrices de las agencias gubernamentales. Estas investigaciones muchas veces no incluyen la generación de conocimiento básico sobre la distribución actual de la especie, el número de individuos en diferentes poblaciones y las principales amenazas para la supervivencia en cada sitio.

Esta falta de conocimiento sobre el estado de las poblaciones de monos dificulta la asignación de categorías reales de amenaza, sin embargo, es posible estimar la viabilidad a largo plazo a través de la extrapolación de datos obtenidos de poblaciones previamente estudiadas.

Las especies de la Argentina

Con la excepción de los monos mirikiná, en la más reciente categorización de los mamíferos argentinos (SAREM 2012), todas las especies de primates han mantenido o aumentado su riesgo de extinción. Alouatta caraya ha empeorado su categoría de amenaza de “Casi Amenazado” a “Vulnerable”, y A. guariba pasó de “En Peligro” a “En Peligro Crítico”. Este hecho refleja claramente la dramática transformación de los ambientes naturales habitados por estas especies en la década pasada y, en los casos particulares de los monos aulladores, el efecto simultáneo de la deforestación y los brotes de fiebre amarilla. Además, la nueva categorización de Sapajus cay dentro de la categoría “Deficiente de Datos” refleja la falta de estudios sobre esta especie en el país.

También hay una carencia de estudios sobre A. caraya y A. azarai en áreas protegidas y para S. nigritusen áreas rurales. Las investigaciones sobre la variación genética de diferentes poblaciones son también importantes para identificar áreas prioritarias para la conservación de primates. Por mi parte, realice este tipo de análisis para dos especies de aulladores, pero existe el proyecto de realizarlos también en S. nigritus.

La amenaza que sufren nuestros monos nos obliga a los científicos a llevar a cabo acciones para garantizar su supervivencia. Como consecuencia durante los últimos años se realizaron algunas iniciativas; por ejemplo, el primer taller para la conservación del aullador rojo (Alouatta guariba clamitans), en el que se desarrollaron pautas para asegurar su supervivencia en Argentina. Otra acción fue la creación de la Asociación de Primatología Argentina (APrimA), que proporciona un marco legal e institucional a la primatología en país.

Actualmente, APrimA está representada en organizaciones internacionales como la Sociedad Latinoamericana de Primatología (SLAPrim) y la International Primatological Society (IPS), proporcionando por primera vez una posición formal en el debate sobre la política internacional dirigida al estudio de los primates en todo el mundo.

Los investigadores, a través de APrimA junto con el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable (MAyDS) y en el marco de la Estrategia Nacional sobre la Biodiversidad 2016-2020, estamos iniciando el proceso de construcción del Plan de Acción para la Conservación de los Primates de la Argentina (PACPA). La importancia de este Plan radica en el apoyo de la Comisión Nacional Asesora para la Conservación y el Uso Sostenible de la Diversidad Biológica (CONADIBIO) que brinda un marco institucional y un compromiso formal por parte del gobierno. Establece metas y objetivos específicos a seguir que pretenden asegurar la supervivencia de las cinco especies de primates que habitan el país. Se espera para este año consensuar acciones prioritarias para llevar a cabo en conjunto con las provincias.

Resumiendo, para promover la conservación de los primates en la Argentina es importante:

  • Mantener los sitios de estudio a largo plazo que existen. La investigación realizada en ellos proporciona datos únicos e importantes que permiten desarrollar estrategias de manejo y conservación para las diferentes especies de primates.
  •  Finalizar e implementar el PACPA.
  • Promover el establecimiento de sitios de estudio para S. cay, A. guariba clamitans y A. caraya en áreas protegidas y S. nigritus en áreas rurales.
  • Desarrollar estudios sobre la variabilidad genética de varias poblaciones de cada especie. Estas investigaciones permitirán definir áreas prioritarias para el establecimiento de unidades de conservación aplicables a todos los primates de Argentina.