El Café Científico Posadas, el ciclo de divulgación creado por investigadores del CONICET en la provincia de Misiones, fue seleccionado como finalista de un foro internacional que premia a las propuestas innovadoras en comunicación y participará en noviembre de la conferencia Falling Walls, en la ciudad de Berlín. Su postulación fue elegida entre más de 80 proyectos, provenientes de 40 países.

Desde el año 2013, el Grupo de Investigación en Genética Aplicada (GIGA) del Instituto de Biología Subtropical (IBS, CONICET – UNAM) lleva adelante un Café Científico que se realiza una vez por mes, con concurridas veladas que suelen extenderse hasta después de la medianoche. La propuesta se consolidó como un ámbito informal de divulgación, amigable tanto para los expertos como para el público en general, que permite establecer un diálogo directo y sin barreras entre la comunidad científica y la sociedad.

En sus seis temporadas, el Café Científico Posadas abordó diversas áreas del conocimiento, desde la biología, la genética y la ecología, hasta las ciencias de la educación, la antropología y la semiótica.

Este proyecto fue unos de los 20 finalistas seleccionados para participar del Falling Walls Engage, un foro internacional del que participan proyectos innovadores de comunicación, educación y participación científica. El programa busca resaltar la responsabilidad de la comunidad de investigadores por el bien común y difundir la alfabetización científica, con un enfoque especial en los grupos difíciles de alcanzar. Los ganadores recibirán financiamiento para potenciar sus iniciativas.

La conferencia se realizará el 8 y el 9 de noviembre de 2019 en Berlín. El investigador adjunto del CONICET en el IBS y creador del Café Científico Posadas, Julian Ferreras, será el encargado de presentar la propuesta en el foro.

“Esta es una excelente oportunidad para dar a conocer nuestro proyecto a nivel internacional y generar nuevos vínculos que nos permitan seguir creciendo con este espacio, que venimos llevando adelante con mucho esfuerzo, junto a un gran equipo de investigadores, becarios y voluntarios, y con el apoyo  del programa VOCar del CONICET, de la UNaM y del Centro del Conocimiento”, resaltó Ferreras.