Preocupante disminución de grandes tiburones en Argentina

Biólogos del IIMyC e IBS descubren disminución en la abundancia de cuatro especies de grandes tiburones en el Mar Argentino.


Tiburones capturados por pescadores recreativos en Bahía San Blas, Provincia de Buenos Aires. De izquierda a derecha se ve un escalandrún, Carcharias taurus, y tres bacotas, Carcharhinus brachyurus. Esta práctica era muy común antes de 2007, cuando se prohibió la pesca de grandes tiburones sin devolución en la Provincia de Buenos Aires.

Un grupo de biólogos del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (IIMyC) y del Instituto de Biología Subtropical (IBS) descubren una disminución en la abundancia de cuatro especies de grandes tiburones en el Mar Argentino.

Las poblaciones de grandes tiburones que habitan la costa de la provincia de Buenos Aires – el gatopardo (Notorynchus cepedianus), el cazón (Galeorhinus galeus), el escalandrún (Carcharias taurus) y el bacota (Carcharhinus brachyurus) – muestran una tendencia declinante durante las últimas cuatro décadas. Así lo muestra un estudio publicado esta semana en la prestigiosa revista científica Canadian Journal of Fisheries and Aquatic Sciences, realizado por los investigadores Santiago Barbini, Luis Lucifora y Daniel Figueroa, del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (CONICET/Universidad Nacional de Mar del Plata) y el Instituto de Biología Subtropical – Iguazú (CONICET/Universidad Nacional de Misiones).

La estimación de las abundancias y la identificación de las tendencias de las mismas a través del tiempo son el primer paso para determinar el estado de conservación de las especies. “Debido a que no existen datos históricos de abundancia de la mayoría de los tiburones de Argentina (una situación común en casi todo el mundo), para este estudio nos focalizamos en el uso de datos no tradicionales, como publicaciones populares de pesca recreativa, para extraer información de alta utilidad para evaluar tendencias poblacionales”, explica Santiago Barbini. El estudio utilizó como fuente de datos una publicación de pesca recreativa popular para determinar tendencias de abundancia en las cuatro especies de grandes tiburones más comunes de la costa bonaerense, entre 1973 y 2008. A través de la aplicación de rigurosas técnicas matemáticas, en las que utilizaron las ocurrencias de capturas de tiburones obtenidas de las revistas de pesca junto al número de avisos de guías de pesca como una medida indirecta del esfuerzo de pesca, los investigadores muestran que las cuatro especies de tiburones han sufrido algún grado de disminución. “Estos resultados nos ayudan a determinar una magnitud aproximada de los cambios poblacionales, donde la escasez de datos impide un análisis más preciso. Los resultados de nuestro análisis concuerdan con otros que hicimos usando técnicas e información completamente diferentes, lo que indica que la disminución es real, ya que se detecta con distintos enfoques metodológicos”, comenta Luis Lucifora.

Las especies analizadas en el estudio son, junto a la orca, los mayores depredadores marinos de Argentina. El cazón alcanza 1,6 metros de longitud y no más de 20 kg de peso máximo, las otras tres especies – el gatopardo, el escalandrún y el bacota – pueden llegar a medir 3 metros y superar holgadamente los 100 kg. Son migradores, por lo que llegan a las costas bonaerenses estacionalmente. “Estos tiburones son depredadores de peces, el escalandrún y el bacota incluyen también otros tiburones y rayas en su dieta, y el gatopardo, además de comer esas presas, es un hábil cazador de mamíferos marinos, como lobos y delfines”, explica Daniel Figueroa. “Una característica destacable de las cuatro especies es que tienen ritmos de vida y reproductivos lentos, por ejemplo un bacota no está en condiciones de reproducirse hasta que no cumple 20 años; estos ritmos son incompatibles aún con niveles de explotación que serían bajos para otros peces”, agrega el investigador.

En la mayoría de los mares del mundo, la abundancia de las poblaciones de grandes tiburones se ha reducido drásticamente, con evidencias de hasta el 90% de disminución en algunas regiones. La principal causa de esta reducción es la alta vulnerabilidad de los grandes tiburones a la intensa explotación pesquera y, en algunos casos particulares, como zonas de arrecifes de coral, la destrucción del hábitat y la contaminación. Cada vez hay más evidencia científica de que los predadores apicales cumplen un rol muy importante en el funcionamiento de los ecosistemas, tanto terrestres como acuáticos. “En el caso particular de los grandes tiburones, sabemos, por lo que se ha visto en otras regiones del mundo, que su papel es el de controlar las poblaciones de animales que están en niveles inferiores en la red trófica. Haciendo esto, determinan qué tipo de animales prosperan o no, afectando el funcionamiento del ecosistema marino. Al disminuir su abundancia, los tiburones dejan de cumplir esas funciones ecológicas y el ecosistema marino empieza a comportarse de otra manera, con implicancias serias para las actividades económicas basadas en él, como la pesca”, agrega Luis Lucifora.

Foto 5Argentina cuenta con normativa que protege a los tiburones. “Existe una disposición del Consejo Federal Pesquero que prohíbe el desembarco comercial de tiburones de más de 1,6 metros de longitud en todo el país. En la Provincia de Buenos Aires existe un reglamento de pesca recreativa que permite la pesca de grandes tiburones, solamente si se hace con devolución. Sin embargo, estas reglamentaciones son violadas frecuentemente: muchas pescaderías ofrecen carne de tiburones grandes, bacota y escalandrún por ejemplo, y en las redes sociales se ven fotos de pescadores recreativos posando con tiburones muertos” comenta Santiago Barbini. “Además, en el caso del escalandrún, el cazón y el bacota, debe haber un esfuerzo coordinado de conservación con Uruguay y Brasil, ya que estas especies pasan parte del año en aguas de esos países, donde también son explotados”, cuenta el biólogo, y agrega “la conservación implica compromiso y responsabilidad de todos los actores en juego”.

Puede accederse libremente al resumen del estudio en:

www.nrcresearchpress.com/doi/abs/10.1139/cjfas-2015-0087#.VcoeQx9h3Qo.

El análisis completo puede obtenerse solicitándolo al autor corresponsal, al siguiente correo electrónico: sbarbini@mdp.edu.ar.

La cita completa del estudio referido es: Barbini, S. A., L. O. Lucifora & D. E. Figueroa. 2015. Using opportunistic records from a recreational fishing magazine to assess population trends of sharks. Canadian Journal of Fisheries and Aquatic Sciences.